Una ancianita en el portal
No es habitual en mí escribir sobre algo no técnico. De hecho, no sé si en todo el blog habrá un solo post referente a algo que no sea un programa, un lenguaje de programación, una técnica, etc.
Sin embargo tenía que escribir este post.
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En el bloque en el que vivo hay mucha gente mayor. En concreto hay una ancianita que todas las mañanas sale a la calle -más o menos cuando yo me voy a trabajar- a esperar la ambulancia que debe hacerle un chequeo o algo así.
Muchas mañanas me la encuentro en el portal, resguardada del frío mientras viene la ambulancia. Habitualmente está distraída mirando a la calle, cerrando el paso de la puerta. Además, la pobre está bastante sorda y no suele oírme llegar, por lo que a menudo tengo que avisarla. A veces se asusta cuando lo hago.
Verla cada mañana me hace apreciar con más fuerza todo lo que supone la juventud. Esta mujer perdió a su marido no hace mucho, y debía estar muy mal desde mucho antes, ya que no recuerdo haberle visto nunca. Sin embargo, siempre que me ve se le ilumina la cara y me saluda. ¡Casi se enfada conmigo en una ocasión en la que no la había oído saludarme!
Cada mañana que está en la puerta nos cruzamos dos o tres frases. Una de ellas siempre suele ser algo como “perdona, que estoy en el medio como el jueves” o algo así :D. En cierto modo, envidio poder ir con esa tranquilidad, sin prisas, pausadamente. Por otro lado, me hace saborear las posibilidades que me ofrece el poder ir deprisa de un sitio a otro, y apreciar el hecho de irme a trabajar.
Las frases cambian. Pero lo que nunca cambia es la sonrisa de la ancianita.
Y no sé por qué, pero tenía que dedicarle un post.