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Agile ha muerto. ¡Viva post-agile!

El tema del agilismo en España está de moda ahora. En el resto del mundo ya lo llevan usando 10 años, pero aquí comenzamos ahora.

Comienza a aparecer un nuevo término: “post-agile”.

Y mi visión personal, claro.

Ciclo Agile

¿Qué es post-agile?

Según Jonathan Kohl , el post-agilismo es:

Un movimiento creciente de agilistas convencidos que ha superado los métodos Ágiles, usando gran variedad de herramientas de desarrollo y metodologías en su trabajo. Una Era emergente. Ahora que el movimiento Ágil se ha establecido, ¿qué nos espera?

El post-agilismo no tiene un manifiesto detrás. No hay un grupo organizado.

¿Qué NO es post-agile?

El post-agilismo no es un intento de destruir al agilismo, sino de darle una nueva vitalidad. No se trata de encontrar nuevas técnicas, metodologías, herramientas, etc., sino de hacer lo que te funciona, es decir: si tienes una forma de trabajar que funciona, no la cambies por otra que promete ser mejor.

El post-agilismo no ataca a TDD, no va a acabar con hacer pruebas, sistemas de integración contínua ni nada por el estilo. El post-agilismo no va contra Scrum, Kanban, Cascade,… Si usas alguna de estas metodologías, te va bien, y quieres seguir con ella, entonces eres “post-ágil”.

Cuidado…

Hay blogs por ahí en los que han leído el titular “post-agile” y se han puesto como locos a escribir cosas como que “post-agile” va contra “agile” y esas cosas… Sed críticos con los blogs en este sentido.

Mi opinión personal

Aclaraciones

Llegado a este punto, me gustaría indicar dónde está el problema.

El problema es que se ha asociado “Agile” con frameworks como Scrum y Kanban. Se han confundido estos frameworks como metodologías de trabajo. Se ha fanatizado el término de TDD y se ha asociado a Agile. Se ha monetizado el término scrum-máster.

Se ha asociado a “Agile” la pasión por el código, olvidando al cliente y el producto. Agile se entiende hoy como todo lo que no es Agile.

Así que el problema no es Agile, Post-Agile o cómo quieras llamarlo. El problema somos nosotros.

¿Qué es Agile?

No entiendo las confusiones, cuando las cosas están muy claras:

Agile es dar prioridad a las personas y sus relaciones frente a procesos y herramientas. Es comprobar que los miembros del equipo se encuentran cómodos trabajando, y no que siguen el proceso al dedillo y que usan Jira como campeones.

Agile es mostrar una demo, y no enseñarte un PPT. Es hacer cosas funcionales, lo antes posible.

Agile es diálogo, no engaño. Si tienes una duda, preguntas a tu cliente, no vas a comprobar lo que se firmó.

Agile es aceptar que los planes salen mal, y que es necesario saber reaccionar.

Y no me estoy inventando nada: todo eso es la base del agilismo. Todo eso es el manifiesto ágil .

Para describir Agile, no necesito hablar de TDD, Scrum, Kanban, CI, Hudson, Jenkins, Git, Mercurial, ramas, Jira, Confluence, revisiones de código, patrones, control de incidencias, seguimiento, flexibilidad horaria, jerarquías,… Porque nada de todo eso es Agile.

Para mí, Agile es un intento por mejorar. Agile es ofrecer un trabajo de calidad, que satisfaga al cliente, sin exigirme sobreesfuerzos constantes. Nada más. Y nada menos.

No importa la técnica que uses: he visto a gente usar mejor un Excel que a otros sus maravillosas herramientas ágiles. Pero es que “Agile” no es una herramienta: es una forma de pensar.

Cuando tratas de atar una filosofía a un estándar ISO, lo deformas, lo maltratas, lo perviertes. Cuando lo atas, ya sea herramientas o metodologías, lo matas.

Cambiando términos

Eso es lo que creo. Claro, que puedo estar equivocado. Si tú me dices que eso no es Agile, sino que es “Post-Agile”, pues vale. Entonces quiero ser “Post-agilista”. Si dices que se llama “Falifancito Verde”, pues estupendo también. Y es que me da igual el término: me quedo con lo que significa.

Todo el tema del “post-agilismo” me suena a un “ya hemos deformado el término agile, así que pongo otro término para defender lo que era Agile”. Es más fácil que luchar por devolverle su verdadero significado.

Ya existía otra rama: la artesanía de software , que pretende llegar más lejos del agilismo. Yo nunca me he definido como artesano de software, ya que creo que no es necesario nada más; con el agile-manifesto es más que suficiente.

Así que, por favor, llamadlo como queráis. A mí dejadme llamarlo “agile”. Pero no me importa el nombre: yo lo llamo tratar de hacer mi trabajo mejor cada día.

Y dejad de pelearos por los términos y poneos a trabajar por hacer las cosas bien hechas.